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Con Iniesta y Eto'o basta en San Mamés

FERNANDO LLAMAS
MADRID.- La 'revolución Guardiola' superó otra fase en su crecimiento y consolidación en San Mamés. El Barcelona encadenó otra victoria fuera de casa, plácida en comparación a la anterior en Montjuïc, aunque su ventaja en el marcador final fuera también mínima. El Athletic, ahormado con jóvenes de talento aún por definir, intentó trabarlo e incluso responderle con el balón en los pies en algunos tramos del partido, pero sucumbió con un zapatazo de Eto'o a media hora del final. [Vea el gol] [Álbum de la jornada] [Estadísticas]
El talante del Barcelona en Bilbao, donde lleva cosechando resultados positivos desde hace una década, no destacó precisamente por su atrevimiento. Guardiola tomó el camino reservón, en el mejor sentido del calificativo. Cree que la plantilla es ancha y profunda. Cree en sus jugadores. Y si observa, como sus homólogos en otros banquillos, que tiene alguno de sus mejores elementos hasta el gorro de jugar partidos o con riesgo de sobrecargarlos de exigencia, se decanta por otras soluciones. Resultado, los 'otros' de la plantilla también creen en su entrenador. Y todos contentos. ¿Excepto Bojan?
Así, con Xavi en Barcelona, Messi y Puyol en el banquillo junto a Busquets -que jugó después por lesión de Keita- y un Víctor Sánchez encajado entre sus mediocentros africanos, el equipo azulgrana interpretó el partido de una forma diferente. Cambió la orfebrería en corto por golpetazos más fuertes al balón a no ser que éste entrara en contacto con Iniesta. El español se pasó la primera media hora del juego oculto en la banda derecha, sin oficio ni beneficio. Pero en cuanto salió de ese ángulo oscuro y tiró hacia su zona de referencia, la izquierda, alineó las excelencias de la tarde.
Caparrós no hizo experimentos, puso sobre el tapete a los que alecciona en cada partido. Plantó cara al Barcelona con fútbol directo en un cuarto de hora y recetó dos puntadas que pudieron ponerlo en ventaja, ambas en lanzamientos a balón parado. Víctor Valdés atajó con estiradas los disparos de David López y Yeste. El Athletic dio trabajo a los defensores azulgrana por las bandas, en las que se filtraron con mucha velocidad Garmendia y Gabilondo. Pero las dotes de Llorente en el remate se deshicieron ante un tipo difícil de sorprender por alto, Piqué.
Finalmente se desgasta más quien juega a la carrera detrás de un balón que quien lo gobierna. Y por eso el Athletic, sin dejar de enseñar sus colmillos en tono amenazante, fue dejándose llevar por la evidencia. Saltó a la vista que un par de jugadores, Iniesta y Eto'o, se bastan para sortear el tipo de dificultades que plantearon los bilbaínos.
Eto'o fue quien mordió: desmarque, control repleto de oficio y un disparo duro y preciso. Iraizoz, que había abortado con éxito dos ataques de alto peligro antes de encajar el gol, nada pudo oponer al zurdazo del camerunés, socio de la buena operación de Henry. Fue quien le envió el balón entre defensas después de haberse liberado de varios centrocampistas que salieron a su paso.

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