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NOVENA JORNADA DE LIGA MÁLAGA 1 - BARCELONA 4
Del barro al liderato
Cómoda victoria en La Rosaleda de un Barcelona poderoso y seguro en defensa


Actualizado domingo 02/11/2008 11:26 (CET)

MIGUEL A. HERGUEDAS

MADRID.- Viaja en un carro de fuego el Barcelona, por encima del resto, por encima de las nubes negras que descargaron sobre La Rosaleda, un pozo de lodo que no impidió una goleada más. Su autoridad en una noche tan inclemente augura grandes alegrías para Guardiola, que alcanzó el liderato tras tumbar a un Málaga que apenas pudo hacer sino mirar y resignarse a la espera de tiempos mejores (1-4). [GOLES 3D] [ESTADÍSTICAS] [ÁLBUM]

Suma el Barcelona 28 tantos en nueve partidos de Liga, cifra demoledora, intimidatoria. Ha alcanzado una velocidad de crucero y nada parece estorbarle, porque, entre otras cosas, no concedió ni un centavo en un terreno propicio para los despistes, donde apenas rodaba el balón y donde resultaba una proeza enlazar dos pases seguidos.
El Málaga llegaba avalado por cuatro triunfos de una tacada, pero pronto percibió el duro golpe de la realidad. Llegó bajo los auspicios de Xavi, con un libre directo teledirigido hacia la escuadra. Si no se podía llegar por bajo, había que recurri al balón parado. La rápida ventaja ponía en lo peor al Málaga, cansado de revisar los vídeos de las últimas exhibiciones azulgrana.
Aplomo defensivo, impotencia blanquiazul
Sin embargo, los charcos impidieron otra exhibición. La pelota se frenaba en seco y de poco servía el primer toque. Por eso, la principal virtud visitante fue adaptar su exquisito repertorio a las dificultades del entorno. Voló más que rodó el balón, pero a Guardiola no pareció importarle. Ni siquiera tras el precioso empate de Duda.
El fulminante Messi frecuentaba el área y siempre se presagiaba algo malo para Arnau. Había juego directo, pero nunca peligro para Valdés, bien escoltado por sus centrales y por el improvisado trabajo de Puyol en el lateral izquierdo. Al Málaga no le llegaba con el pundonor de Adrián o Eliseu ni con la zurda de Duda. Así que el partido se terminó con el 1-2 tras un mal despeje de Weligton.
Arreciaba la lluvia, se chapoteaba en los charcos y las medias se cubrían de barro, pero el partido seguía bien sujeto por gente como Busquets o Alves, dos tipos de carácter. Se fatigaron los locales, Tapia lo intentó a la desesperada con los cambios, pero no creó ni una sola ocasión tras el descanso. Xavi redondeó su primer doblete liguero y el propio Alves encontró el gol con un afortunado rechace. Casi sin proponérselo, el Barça había dado un paso más en un otoño donde no le paran ni los elementos.

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