miércoles, 21 de octubre de 2009

EMPATE SIN GOLES EN MESTALLA
El Valencia no devora la 'empanada' del Barça
Actualizado domingo 18/10/2009 10:13 (CET)

FERNANDO LLAMAS
MADRID.- El Barcelona pierde velocidad en su carrera con un empate (0-0) en Valencia en la séptima jornada de Liga, la primera que no cuenta por victoria. Es natural, porque Mestalla presenta obstáculos de primera categoría, especialmente a azulgranas catalanes y blancos de Madrid, enemigos preferidos de la afición, que unida, se olvida de sus rencillas crónicas e impulsa con su griterío al equipo de sus desvelos. [Narración y estadísticas]
El Valencia tuvo contra las cuerdas al mejor de Europa y no lo tumbó. Seguramente por eso mismo: porque el grupo de Guardiola conserva el 'número uno' incluso cuando detecta averías en su sistema.
El valencianismo miraba al palco, donde además de Joaquín, Marchena y otras bajas de relumbrón, estaba David Villa. ¡Ay si se hubiera curado a tiempo! El partido estuvo para él y su olfato infalible al menos en 45 minutos deslumbrantes del Valencia, los iniciales.
Guardiola se guardó a Ibrahimovic con cálculo 'Champions' y no le funcionó Messi como centrodelantero. No por mala actitud o aptitud enflaquecida del argentino, sino por la desolación de un Barcelona superado por los acontecimientos, que en la noche valenciana aparecieron todos vestidos de blanco. Y no eran fantasmas. Tampoco se encontraron consigo mismos Pedro e Iniesta -titular-, damnificados por los sufrimientos de Xavi y Touré, desposeídos esta vez de su bastón de mando.
El comienzo del trabajo a todo campo conectó al Valencia con su grada y le ofreció ocasiones de gol -desde el primer minuto, con Pablo Hernández- mediante la presión, el robo y el balón a sus habilidosos de arriba: Banega en la salida, Silva, Pablo y Mata en la culminación.
No se contentó el Valencia con robar y salir. Continuó con una presión tan adelantada que le quitó el balón al Barcelona -el sueño de los mejores entrenadores, al que han renunciado por imposible tipos como Mourinho en San Siro-, lo jugó y alejó a César, su portero, a 60 metros de cualquier peligro.
Por falta de gol llora el Valencia una victoria que pareció escurrírsele entre las manos en la primera mitad de la partida y que el Barcelona persiguió tras el descanso, recompuestas sus maneras. Corrigió el Barça su déficit en el centro, permutó con acierto las posiciones de sus delanteros y transitó con mejor orden acaso también por la paulatina despresurización en la nave valenciana.
Las mejores jugadas no acabaron en goles y la tensión de tirios y troyanos en el ardiente Mestalla provocó discusiones, choques, patadas fuera de libreto y amagos de penalti, no decretados por el árbitro con acierto. Quedó al final que Valencia y Barcelona cantaron al fútbol de verdad y sin desafinar.
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